Una mañana cualquiera. Sin pensamiento fijo. Un escaparate.
«Bien, bien, me sobra tiempo. Qué aburrimiento»
De repente a mi espalda, esa voz. No había duda, era LA VOZ, la de la radio. La que todas las noches me agarra bien fuerte y me lleva la mano a la bragueta. No puedo evitar que se me erize cada poro de piel. Es voz, ¡Me excita siempre! Y la tengo aquí, casi echando aliento en mi nuca. Y me habla.
– ¿Te gusta lo que ves?
– Sí. Me gusta.- la contesto haciéndole un barrido completo, dejando clara mi postura.
-¿Te gusta esto? .- asió con disimulo mi entrepierna. Reaccioné al instante. Ya no era dueño de mí, no tenía control.
Sabor, excitación, palpitaciones…
– Podría correrme si tan solo sigues hablando. Eres el grito que doy cada noche . Buff!! .- esa boca era un pecado seguro.
El día se tornó saliva,sudor,lenguas y prisas buscando un rincón solitario. Rápido, excitante, orgásmico. Una diosa cabalgando sobre mí.
– Calla y empuja. ¡Lo quiero todo! .- apremiaba pero quería saborearla.
– No dejes de hablar.- y gemidos por respuesta.
Después de lamernos piel, verga, vagina, cuellos y tetas, un orgasmo triunfal nos devoró. Sabía a poco.
Esa voz, Dios!!!
-Esta noche…-la mordisquee la nariz con delicadeza
– Está noche volveré a meterme en tu bragueta- acabó la frase por mí- ¡Estate atento!
Y colocando su ropa con una dignidad, se fue sin mirar atrás.
«Está noche, esa Voz, ¡Joder! Ya estoy duro de nuevo» … ESA VOZ….
FIN
Celyx
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